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Juan Pablo Quintero • Negocios • Julio 10, 2020
En iED estamos tenemos la íntima convicción de que las creencias del ser humano impactan directa e irremediablemente su perspectiva de desarrollo personal, familiar y económico. En consecuencia, resulta innegable que una persona dedicada al mundo de los negocios que siente culpa o reparos morales por prosperar y crear riqueza no logrará desarrollar todo el potencial que con el que Dios la equipó, y determinará las conductas que sellarán su destino y su familia.
Por lo anterior, vale la pena preguntarse ¿qué piensa Dios del emprendimiento, la empresa, la economía de escala, el comercio, el dinero, entre otros conceptos legales y económicos?
A nivel de bachillerato (Colombia) se enseña que la religión de Occidente dominante en la Edad Media recurrió a un discurso de exaltación de la pobreza, como un atributo virtuoso del ser humano. Se decía que el pobre podía estar más cerca de Dios, mientras que el rico era un ser despreciable por únicamente velar por su propio oscuro interés de crecer. ¿Es eso correcto?
La respuesta es absolutamente negativa. Tenga esto en cuenta: Estados o dirigentes obsesionados con el poder buscan la forma de dominar a sus habitantes. ¿Cómo lo hacen? En la edad media eran clérigos y nobles; en la edad contemporánea son políticos populistas que prometen igualdad con una técnica muy sencilla: Pauperizar.
La pobreza es el mejor método de dominación y sometimiento de parte de políticos malintencionados adueñados del Estado. Es decir, querido lector hispano, que existen muchos políticos que lo prefieren pobre en vez de rico, porque así podrán doblegar su voluntad individual; Usted pobre es más vulnerable, más manipulable y doblegable. Por lo anterior, podemos decir, sin temor a equivocarnos, que la pobreza y escasez significa esclavitud ¿quiere Dios esclavitud para su vida?
Por ello, no es accidente que la religión y nación judía haya sido objeto de admiración por muchos, y de persecución por parte de los Estados y las religiones que sólo han buscado poder. A través de enseñanzas milenarias extraídas de la Biblia, a los judíos desde pequeños se les enseña sobre la alta moralidad de hacer los negocios; con base el libro del Génesis, extraen que el dinero es una creación de Dios, que sólo se puede agotar bajo la inactividad creadora del ser humano, y que Dios encuentra placer en las relaciones de intercambio entre sus Hijos. ¿No se ha preguntado Usted por qué los judíos han sido objeto de persecución constante en las civilizaciones de Occidente? ¿por qué los regímenes comunistas usualmente no compaginan con pensamientos judaicos? La respuesta es muy sencilla: Su manera de vivir, incentiva la libertad y la independencia del Estado; es decir, son menos manipulables por el poder político, y eso no le gusta a ningún dirigente bien intencionado.
De manera desventurada en Latinoamérica algunos perpetradores del pensamiento controlador de la edad media y comunistas ateos, evolucionaron su técnica de sometimiento de la sociedad en la teología de la liberación, donde Jesucristo detesta al rico, e inspira bandidos para destruir el Estado de Derecho con libertades, para lograr llevar a “liberación del pueblo”, que la postre es la desventura y maldición que cayó sobre Cuba y Venezuela. Vanamente intentaron conciliar el comunismo con el Dios de la Biblia, muriendo muchos en su intento subversivo en las montañas de muchos países de nuestra región.
Pero querido lector: Ese no es Jesucristo. El Dios que le regaló la vida lo hizo a su imagen y semejanza. A diferencia de cualquier otro animal, lo dotó a Usted de una capacidad creativa casi infinita ¿Para qué? Para mejorar la vida de los que lo rodean. Dios quiere que se entregue al servicio de otros, y a cambio dotarlo con suficiencia monetaria, y que cuide de otros, enseñándoles a crecer, dignificarse y creer que más es mejor que menos.
El momento de prosperar es ahora ¿Cómo? Comience por dejar de pensar en Usted mismo, y empiece a preguntarse qué están necesitando las demás personas creadas por Dios a su alrededor y que usted puede suplir. No tenga miedo de cobrar, porque Dios mismo es el creador del dinero y no está dañando a su cliente, sino que al cobrarle lo beneficia, y usted al crear valor genera riqueza, y en consecuencia ¡más libertad!. Anímese, Dios está esperando que Usted le pregunte los nuevos pasos para prosperar; sea en su trabajo, su empresa o su emprendimiento. Los negocios son más espirituales de lo que Usted mismo cree. Es tiempo de los cristianos hispanos de prosperar y generar libertad en nuestras sociedades.
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